Esperanza means hope.

As humans living on this planet, we carry with us the trauma of colonization and white supremacist capitalist patriarchy (bell hooks). These methods of suppression and oppression are rooted in the marginalization and the exploitation of our minds, bodies, hearts, spirits, and of Pacha Mama. 

We often internalize this oppression and unconsciously bring these traumas into our personal lives, our relationships with self and others, our organizing spaces, our social movements and our heart work. This mode is unsustainable.

For people of the global majority, we may feel guilty for wanting to heal, experience authenticity, abundance, joy, and pleasure. This dissonance can lead to great heartache, exhaustion, a sense of inadequacy, powerlessness as well as shame, guilt, and imposter syndrome.

Parallel, for white allies wanting to become accomplices, supremacy has led to dehumanization, emotional numbness, disembodiment, disconnection, helplessness, immobility and paralyzation; all of which prohibits necessary authentic action towards collective liberation. 

One of the greatest gifts, mi don, is being able to support social justice activists and equity workers in the struggle to navigate systems of oppression, social inequality and injustice in order to manifest a more just world. I recognize our interdependence and know that together we can heal our ancestors and our descendants, birthing a better world for the next seven generations. 

I have esperanza that we can heal individually, communally, collectively and globally.

Como seres humanos en este planeta, llevamos en nosotros el trauma de la colonización, la supremacía blanca, el patriarcado, y el capitalismo. Estos métodos de supremacía están basados en nuestra opresión y en la explotación de nuestras mentes, cuerpos, corazones y almas; igual que la explotación de Pacha Mama. 

Internalizamos esta opresión e inconscientemente manifestamos estos traumas en nuestras vidas personales, nuestras relaciones, nuestro activismo y nuestro trabajo. Es insostenible. 

Como persona de color, puedes sentirte culpable por querer sanar, vivir autenticamente, experimentar la abundancia, el placer y disfrutar de las cosas sencillas de la vida. Esta inconformidad puede causar mucha angustia, cansancio, y un sentido de impotencia al igual que abrumación, culpabilidad y un sentido de insuficiencia.

Paralelamente, para aliados blancos en el proceso de convertirse en cómplices, la supremacía causa deshumanización, desconexión, entumecimiento emocional, impotencia, paralización, que impide tomar acción hacia la liberación colectiva.   

Uno de mis privilegios más grandes, mi don, es poder apoyar a los activistas que trabajan por la justicia social y por un mundo más justo. Reconozco nuestra interdependencia y sé que juntos podemos sanar a los antepasados y los descendientes, mientras creamos un mundo mejor para las próximas siete generaciones.

Tengo esperanza de que podemos sanar individualmente, colectivamente, y globalmente.

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